Para salir adelante en nuestra vida, sin importar de qué área hablemos, tenemos superar 13 mecanismos automáticos con que nuestra mente y nuestros miedos nos sabotean.

Estos trece mecanismos los portamos todos desde nuestro nacimiento y nos acompañan durante toda la vida. 

Ellos pueden ser agrupados bajo cuatro zonas o cuadrantes (como los que tiene la cruz), cada uno de ellos esta diseñado y afectado por aspectos específicos.

Están influenciados por aspectos directamente alimentados por nuestro entorno de origen, lo que que hemos visto como “posible/normal” y su forma depende de cómo ha sido la información (emocional principalmente) recibida de nuestro padre en la niñez.

Otro de esto cuadrantes guarda relación directa con lo que recibimos de nuestra madre, su capacidad de hacernos sentir protegidos o no.

El tercer cuadrante guarda estrecha relación con “los demás” (familia, amigos, pareja, sociedad) y cuanto nos sentimos en deuda o somos afectados por sus requerimientos y necesidades.

Finalmente los mecanismos del cuarto cuadrante de esta cruz que nos mantiene estancados y sin poder alcanzar metas, deseos y objetivos se alimenta de la calidad del valor propio y el grado de autoestima que nos permitimos reconocernos.

Cada una de estos trece mecanismos de autosabotaje nos han limitado de manera invisible, silenciosa. 

Nuestra vida fue limitada debido a ellas, sin embargo esto puede cambiarse, sanarse, trascenderse.

¿Qué tanto cambiaría tu vida a partir de hoy si los conocieras y supieras cómo sortearlos? 

Al comprender de donde vengo y qué me dio forma “automáticamente” tomo conciencia de quien soy y quien no soy, en donde estoy parado, cuales son mis recursos y entonces así puedo tener la oportunidad para decidir realmente hacia donde iré si frenarme ni caer en estas 13 trampas.

Descubrir cómo operan y para qué me sabotea mi Ego (cual guardaespaldas celoso) permitirá darme esas respuestas a las preguntas que a lo largo de mi vida no supe cómo responderme:

• ¿Por qué vivo lo que vivo?
• ¿Por qué repito lo mismo?
• ¿Qué puedo hacer para cambiar mi realidad?
• ¿Acaso soy de los que nacieron “estrellados” y sin estrella?
• ¿Tengo que aceptar cargar “la cruz que Dios me envió”?